4 Cosas Que Quiero Que Mi Hija Me Vea Haciendo

Lo hemos escuchado antes, nuestros hijos copian todo lo que hacemos. Lo bueno y lo malo. Ahora que mi hija tiene casi 17 meses lo noto más que nunca. Últimamente, se ha estado poniendo el dedo meñique en la barbilla cada vez que dice "um". Ella usa el mismo dedo para decirles a los perros, “no, no, no,” cuando no le gusta algo que hacen y grita “o wao” de emoción cada vez que ve algo nuevo. ¡Es lo más lindo! Cada vez que ella hace estas cosas o algo por primera vez, mi esposo y yo siempre nos preguntamos, "¿quién en la familia hace eso?" Es divertido tratar de averiguarlo. Sin embargo, eventualmente imitará las cosas no tan buenas que hacemos si no tenemos cuidado. Por eso, me hace pensar más y más en las cosas que quiero que imite en mí. Ritmos y hábitos que puedo modelar para ella para que algún día ella haga lo mismo. 

  1. Buscar de Dios: 

    • Sé que mi esposo y yo somos de donde ella obtendrá el fundamento de su fe. Si ella apenas nos ve leer nuestras Biblias, ir a la iglesia, orar, etc., ella no verá cómo podría una relación íntima con Dios. Sé que no lo haré perfectamente, pero quiero que me vea buscar de Dios para que algún día ella también se enamore de Él. Podría optar por esperar para hacer mi tiempo devocional cuando ella esté tomando una siesta o antes de que se despierte por la mañana, lo que todavía hago a veces. Sin embargo, quiero ser más intencional acerca de pasar tiempo con Él mientras que ella pueda verme. Quiero que me vea abrir mi Biblia frecuentemente. Quiero que me vea ser rápida para orar por las cosas, especialmente en el momento. Quiero que me vea adorar a Dios libremente con todo mi corazón y que no me importe quien me vea. ¡Tengo mucho trabajo que hacer! Sin embargo, al publicar esto, tú también puedes hacerme responsable.

  2. Estar presente:

    • Este es probablemente el que más me cuesta porque en el pasado siempre he estado pegada a mi celular. Sin embargo, poco a poco estoy aprendiendo a establecer límites. Como guardarlo durante unas horas al día (especialmente cuando mi hija está despierta) o desactivar las notificaciones a las 8:30 de la noche. No siempre soy bueno en esto. Todavía hay momentos en las que estoy en las redes sociales cuando debería estar dormido o haciendo algo más productivo. O a veces no es que esté en mi teléfono, sino tal vez fregando cuando mi hija quiere jugar conmigo. Hace unas semanas vi por casualidad esta cita que realmente me abrió los ojos. Decía: "La montaña de ropa siempre estará allí, pero este momento, estas personas no siempre estarán.” Eso sí es verdad. Mi hija no siempre será tan pequeña y estos años son tan fugaces. Sé que no siempre me buscará para jugar con ella porque algún día tendrá otras prioridades. No quiero mirar atrás y arrepentirme de no haberle prestado toda mi atención. Quiero mostrarle como estar completamente para los que más la aman. 

  3. Amar bien a los demás:

    • Esto es algo de lo que siempre me he enorgullecido: poner a los demás primero. Haré todo lo posible para hacer algo por alguien a quien quiero. Sin embargo, esto también es un gran defecto mío. Cómo complaciente de la gente, he llegado a extremos que me han costado algunas de mis amistades o han afectado mi salud mental. He recorrido un largo camino cuando se trata de establecer límites para poder amar bien a mi gente. Sin embargo, esto es algo que todavía estoy aprendiendo, por supuesto. Quiero que mi hija vea cómo son las amistades sanas. Quiero que sepa que puede decir que no incluso cuando es difícil. Quiero que me vea tratar a su padre como un rey y mostrarle cómo puede ser un matrimonio cristiano. Aunque nunca modelare ninguna de estas cosas perfectamente, estoy tomando medidas todos los días para amar mejor a mi gente.

  4. Cuidarse:

    • Esto, junto con estar presente, es probablemente lo más difícil para mí. Lucho por asegurarme de comer comidas saludables, hacer ejercicio diariamente y no hablar negativamente de mí misma. Hay más en la historia de mi relación con la comida que escribiré en una publicación futura. Sin embargo, no estoy ni cerca de donde estaba antes. Gracias a Jesús, mi esposo, mi familia y mi terapeuta que me han acompañado para pelear algunas de estas batallas. Lo que sí sé es que no puedo dar de una taza vacía. Tengo que hacer las cosas para llenarme para que mi hija pueda tener lo mejor de mí. Quiero modelar cómo es el verdadero descanso. Algo que solo podemos encontrar en Dios y, a veces, una siesta cuando es necesario.

Ahora es tu turno. ¿Cuáles son algunas de las cosas que quieres que sus hijos te vean haciendo?

Previous
Previous

La Jovensita Embarazada En El Tren: Una Historia De Oportunidades Perdidas

Next
Next

Querida Rizitos,